lunes, 23 de enero de 2012

"The Help" por Sandra Martínez (Parkett 71)

PIPILOTTI RIST
The Help , 2004
Parkett 71

Cuando pienso en la pieza The Help (Pipilotti Rist 2004), me resulta imposible no hablar del concepto “estética relacional” acuñado por Nicolás Bourriaud. Al fin y al cabo, eso de “relacional” hace referencia a un  “conjunto de prácticas artísticas que toman como punto de partida teórico y práctico el conjunto de las relaciones humanas y su contexto social, más que un espacio autónomo y privativo”.

Por otro lado, como anuncia Jordi Massó Castilla  “el sustrato del  arte relacional  es, pues, la intersubjetividad, presente en cada uno de los lazos sociales que la obra propicia a partir del encuentro entre obra y receptor, primer eslabón de una larga cadena que debería conducir a la creación de una red relaciones entre sujetos en la que éstos dejan de ser meros espectadores para convertirse en protagonistas de una práctica artística de repercusión política”.

Podría hacer un comentario de texto basado en interpretaciones, lecturas, y demás discursos ofrecidos por personas con criterio; pero quizás esta pieza apela a mi instinto destripador y crítico.
La imagen es clara; una mujer, la propia artista con los brazos en alto, con una corona a modo de santa, sus axilas sin depilar, una bata con lunares, un dedo lleno de sangre apelando a la masturbación, pero para colmo, sangre corre por una de sus piernas, haciendo referencia a la menstruación. Muchos volverían la mirada. Algunos la criticarían, y con suerte otros pasarían de largo. Cuando al principio del texto hablaba del término relacional (apropiándome de él), quería llegar a estos términos: al de la relación humana, pero sobre todo al contexto social.

Es clara la intención política de Pipilotti. Pero todavía es más clara cual es su posición en la sociedad. Se presenta como una asistenta, mujer, y más si cabe, con todos los estereotipos, roles sociales, etc. Pretende evidenciar formas de dominación y de control del individuo, (identidad, sexual o social) y facilitar así, que se libere de ellas. “The Help”, por tanto se convierte en una pieza de resistencia al dominio y a la alienación que sufren los individuos en las sociedades modernas.

Quienes nieguen esto, como decía el mismo Bourriaud, dan la espalda a  “los conflictos sociales, las diferencias, la imposibilidad de comunicar en un espacio social alienado, en beneficio de una modelización ilusoria y elitista de las formas de lo social, porque se limita al medio del arte. [...] La principal queja sobre el arte relacional es que representaría una forma suavizada de la crítica social”.
Pero Bourriaud apunta hacia algo mucho más interesante  “el criterio de la coexistencia”. Entiende que todas esas formas, o propuestas artísticas deben ser juzgadas en relación con la historia del arte, tomando en cuenta así mismo el valor político:  “la transposición en la experiencia de la vida de los espacios construidos o representados por el artista, la proyección de lo simbólico en lo real”.

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